Archive for August, 2015

Mi amiga del alma, la de “toda la vida”, prácticamente me obligó a hacerlo. Yo tenía unos meses recién mudada en una nueva ciudad, en un país diferente al mío, y ella decía que ya era tiempo de que yo intentara algo ‘diferente’. Y no tuve que pensarlo mucho: o me registraba en esos portales de online dating o tendría que escuchar a Sara cada semana recordármelo. Abrí mi perfil en Match.com (y en eHarmony, por si acaso).image1

Varios meses después, confieso que eso del online dating me retó en más de una ocasión y de varias maneras; me hizo salirme de mi zona de comfort el compartir mi perfil personal con extraños, aceptar citas con desconocidos (que conste que aunque soy ciudadana del mundo y me considero open-minded, generalmente mis experiencias anteriores siempre fueron con alguien a quien al menos una amiga de alguna amiga conocía), o hablar por teléfono o chatear e incluso flirtear con hombres a quienes realmente no les tenía ‘expedientes’ aún en mi archivo mental. Anyway! Conocí a algunos candidatos interesantes y pasé buenos momentos por unos meses, pero con ninguno sentí nada ‘wow’ y no fluía nada más que un par de salidas y llamadas.

A principios de junio me atreví a enviarle un ‘wink‘ a una sonrisa que me llamó la atención porque tenía un dimple súper cute. Y por unos días no obtuve reacción alguna. Hasta que Jimmy respondió y empezamos a chatear en el app, luego me llamó e invitó a salir y finalmente unos días después nos conocimos en persona. Fue inmediato. Sentí un ‘click’ que no había sentido con ninguno de los anteriores ni con nadie hacía muchos años. Simplemente supe que con este sí fluiría; se sentía bien, apropiado, oportuno.

Casi tres meses después, felizmente quiero compartirles que tengo novio y que el haberme salido de mi zona de comfort valió la pena. Si usamos la tecnología para tantas cosas en nuestras vidas, por qué no para ampliar nuestros círculos sociales y quién sabe si hasta conocer a la persona correcta. Doy a gracias a Sara por impulsarme y a Papá Dios porque se las trae con sus maneras de actuar – en Sus manos dejo esta nueva etapa de mi vida y la disfruto cada día. ¡Me siento bendecida y además con buena suerte!

P.S. Para los más curiosos, Jimmy es americano, y ya está aprendiendo a hablar español y a bailar merengue y salsa (¡y sabe el significado de ‘chin’ y reconocer algunas ‘dominicanadas’!).